lunes, 30 de mayo de 2016

El ideario de Simón Bolívar

La metáfora del tiempo histórico ha servido para conjugar en una misma cronología los hechos de la Independencia de América y la vida de un hombre: Simón Bolívar.


Esta circunstancia particular ha dado lugar al relato estéril de una odisea heroica que, en medio de batallas y frases memorables, impide la comprensión de los acontecimientos en su contexto de emergencia y posibilidad. En virtud de ello, Simón Bolívar permanece en la memoria como "El Libertador de América", sin que el resto de su vida y obra hayan sido apenas evocados y mucho menos comprendidos.

Es cierto que, como afirma Rufino Blanco Fombona, Bolívar ejerció el liderazgo de la empresa política "más grandiosa que ha conocido la humanidad", pero el empeño de este hombre no se agotaba en la aventura de destruir colonias y fundar patrias como quien corona territorios.

La mayor empresa de Bolívar fue precisamente aquella que nunca conquistó: la de construir repúblicas sólidas mediante la edificación de un Estado fuerte y un sistema democrático liberal.

Es en este intento, cuya versión más acabada fue el "proyecto de la Gran Colombia", donde el Libertador muestra los distintos rostros que el olvido ha pretendido acallar, y donde el rescate de las aspiraciones y desaciertos del hombre por encima de las virtudes del "héroe de la patria" es necesario no sólo para visualizar la Independencia de América como un proceso llevado a término por una multiplicidad de causas, sino fundamentalmente para comprender las circunstancias que llevaron a Bolívar a convertirse en "el fundador de la Patria" cuando menos lo esperaba, y en el "Dictador de Colombia" cuando menos lo deseaba.

Quizá todo ello pueda servir también para explicar por qué, hoy en día, a casi doscientos años de su desaparición, Simón Bolívar sigue siendo el presente de América.

El ideario de Simón Bolívar

En su vertiente social y política, el estallido de la crisis de la sociedad colonial venezolana permitió en su momento la maduración de un conjunto de situaciones que merecen destacarse.

En primer término, la guerra facilitó la decantación de las llamadas "ideas francesas" hasta convertirlas en ideas bolivarianas, es decir, en ideas nacionales.

Dicho de otro modo, las consignas de libertad, igualdad, fraternidad y propiedad que alimentaban el ideario claramente burgués de la Revolución Francesa fueron reelaboradas por la elite política que acompañaba a Simón Bolívar, quien, al analizar las consecuencias sociales que produjera la difusión de dichos postulados entre los esclavos, los pardos y los indígenas, encontró en el cuerpo de los militares republicanos al sector social que le permitió cumplir con el doble propósito de crear una república independiente y, al mismo tiempo, satisfacer las aspiraciones de los individuos integrantes de la sociedad de ese momento, con respecto a la libertad, la igualdad y la propiedad.

La reflexión de Bolívar partía del análisis de distintos hechos traumáticos, tales como el hundimiento de la República en el año 1812, en Venezuela, el fracaso del restablecimiento republicano al año siguiente, en 1813, y la caída del gobierno republicano en la Nueva Granada, ocurrido en 1815.

Desde el Manifiesto de Cartagena, escrito en 1812, Simón Bolívar había estado insistiendo en las carencias políticas de la elite ilustrada que propugnaba la Independencia.

La guerra civil, la ausencia de unidad, la excesiva valoración del régimen federal, el apego a las ideas religiosas y la simple intriga política, son los puntos que sobresalen en el inventario que sirve de base a un balance contundente hecho por el prócer: "nuestra división -dice- y no las armas españolas, nos tornó a la esclavitud".

Sin embargo, no fue hasta el Manifiesto de Carúpano (1814), y posteriormente en la Carta de Jamaica (1815), cuando Simón Bolívar expuso en forma detallada sus criterios políticos respecto a la situación social que impedía el desarrollo de los gobiernos republicanos en Venezuela.

El testimonio es importante porque representa la primera lectura social del problema que venían enfrentando las sociedades americanas desde el estallido de la crisis política en España y la Revolución en Haití: "el establecimiento en fin de la libertad en un país de esclavos -comenta con lúcida prosa el Libertador en el Manifiesto de Carúpano (1814)- es una obra tan imposible de ejecutar súbitamente, que está fuera del alcance de todo poder humano; por manera que nuestra excusa de no haber obtenido lo que hemos deseado es inherente a la causa que seguimos; porque así como la justicia justifica la audacia de haberla emprendido, la imposibilidad de la adquisición califica la insuficiencia de los medios".

Los esclavos a los que se refiere Bolívar en el Manifiesto de Carúpano no son ya la entidad genérica que identificara en su anterior Manifiesto de Cartagena.

Son hombres de carne y hueso; es más, son hombres de carne, hueso y armas. Son nada menos que la expresión concreta de la angustia que surgiera en la sociedad caraqueña desde finales del siglo XVIII y que representaba una amenaza tangible para la aspiración de los criollos americanos con respecto a una transferencia pacífica del ejercicio del poder.

Son, para ser precisos, los pardos y los esclavos que acompañaban normalmente a los generales realistas como Domingo de Monteverde, José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales, Son, para decirlo en las propias palabras de Bolívar, el "vicio armado".

Una república centralista

Para Simón Bolívar -y esto es importante subrayarlo porque allí radica la razón de su liderazgo político-, la sociedad venezolana de los años comprendidos entre 1811 y 1821 es testigo y protagonista del enfrentamiento entre la "simple filosofía política" y el "vicio armado con el desenfreno de la licencia".

Para él, los americanos han preferido la "vil codicia", amparada en el saqueo, y por tanto advierte a sus contemporáneos de que la suerte del experimento republicano dependerá de la solución de este conflicto.

¿Cómo resolverá Simón Bolívar semejante disyuntiva?

En primer lugar, sugirió y realizó una ruptura con los postulados políticos federales que, desde su punto de vista, habían llevado al fracaso a los gobiernos republicanos en Venezuela y en la Nueva Granada.

La república que propondrá e intentará construir será férreamente centralista, amparada en el único medio que le garantizaba el triunfo: el gobierno dictatorial.

En segundo lugar, ante la ausencia de un sector de propietarios e intelectuales ilustrados, cuyo mayor número de integrantes había sido asesinado en las primeras escaramuzas de la guerra o había tenido que escapar del país dejando tras de sí propiedades y enseñanzas, Simón Bolívar elaboró un programa político orientado a favorecer las aspiraciones sociales de la elite militar que lo acompañaba.

La república que proponía construir en sus escritos era ni más ni menos que la de los libertadores y para ellos habría en su espacio garantías políticas sustantivas, tales como la presidencia vitalicia, el senado hereditario, el poder moral y la Ley de Haberes Militares.

Sin embargo, la fuerza de las circunstancias determinó que estas aspiraciones se concretaran más por la vía de los hechos que por otra senda más racional y elaborada: la galería de dictadores militares que hasta hace pocos años exhibió el escenario latinoamericano es buena prueba de ello.

Hay que reconocer que las tendencias autoritarias que han estado vigentes en la política venezolana del siglo XX han tenido en una lectura -acaso demasiado a la letra- de este apartado de los postulados bolivarianos su aprovechada fuente de inspiración.

Habría que añadir aún que, consciente del problema social que suponía la existencia de la esclavitud, Simón Bolívar incorporó a su discurso el cuestionamiento institucional de la misma, mediante una respuesta del programa de acción militar desarrollado para construir los cimientos de la República.

Convencido de la idea de que la permanencia de la esclavitud conducía fatalmente a las salidas extremas de la rebelión y el exterminio, la República que se proponía construir debería arbitrar en forma prioritaria los medios que facilitaran una progresiva desaparición en el futuro de la institución esclavista.

La solidez de este cuerpo de planteamientos políticos permitió a Simón Bolívar convocar, en 1819, el Congreso de Angostura.

Con su instalación puede hablarse de la puesta en práctica de la república bolivariana, que producirá la existencia real de la República de Colombia. El control militar de la región guayanesa generó asimismo una actitud favorable hacia la causa independentista en el exterior. En Estados Unidos, el presidente Monroe reconoció el conflicto como una guerra entre iguales.

En el Reino Unido, Luis López Méndez obtuvo mayores facilidades para el envío de tropas, contratación de empréstitos y remisión de equipos militares.

Y si bien para 1820 no se habían resuelto del todo las disidencias en el ejército republicano y la mayor parte del territorio venezolano se mantenía bajo el control del general realista Pablo Morillo, la instalación del Congreso de Angostura, la alianza con José Antonio Páez, la transformación del cuartel de Angostura en capital de la República y la edición de El Correo del Orinoco con el concurso de numerosos civiles de prestigio, configuraron un cuadro político que permitiría intentar la conversión del régimen dictatorial, que venía imperando desde 1811, en un gobierno constitucional.

El modelo de gobierno

Las propuestas de Simón Bolívar, de 1820, no constituyeron un programa de acción política de carácter provisional, sino que eran ya un programa de gobierno sólido y con porvenir, destinado a dar estabilidad a la República, hacerla perdurable y, al mismo tiempo, borrar en el ánimo de los ciudadanos los efectos perjudiciales de la dominación colonial.

En el Discurso de Angostura -la primera pieza orgánica de la conciencia americana y sin duda el primer análisis sociológico moderno de la realidad hispanoamericana-, después de sugerir un concepto de práctica política identificado con los principios aristotélicos de sabiduría, rectitud y prudencia, Simón Bolívar consideró y dio por hecho que la República tenía ya ciudadanos aptos para gobernarla.

En tal sentido, propuso tres caminos que trajeran a la República la deseada estabilidad y resolvieran la ausencia de virtud que padecía. El primero era el establecimiento de un poder ejecutivo fuerte y vitalicio. El segundo era la creación del senado hereditario. El tercero, en fin, era la educación del resto de los ciudadanos, y estaba basado en los lineamientos del culto cívico de la república jacobina.

Este proyecto republicano, que mezcla los principios y la naturaleza de una república aristocrática con las leyes y funcionamiento de una monarquía, constituye la más acabada expresión de la reelaboración de las ideas ilustradas para convertirlas en respuestas factibles y practicables en el gobierno de las colonias españolas de América. Se trata de la república bolivariana que madurará con el establecimiento de la República de Colombia a partir de 1821.

El senado hereditario

En la realización de este ensayo, Simón Bolívar tomó como modelo la legislación británica en lo concerniente a libertades, soberanía, división de poderes y otros criterios parecidamente tradicionales del liberalismo inglés. Mención especial requieren los puntos relacionados con la específica organización de la República y la particular revisión del régimen de la propiedad esclavista.

Convencido de la viabilidad de su modelo, Simón Bolívar propuso un cuerpo legislativo semejante al parlamento inglés. La Cámara de Representantes quedaba constituida a semejanza de la establecida por la Constitución venezolana de 1811, es decir, mediante el ejercicio del sufragio por parte de los ciudadanos calificados para ello por la ley. Sin embargo, la Cámara del Senado sufrió una transformación radical en su naturaleza electiva y en su conformación. Era un senado particular y de nuevo diseño, y que no se correspondía por tanto con el modelo de la teoría política clásica de las repúblicas democráticas y aristocráticas.

El senado de la república bolivariana se constituyó siguiendo las pautas de los poderes intermediarios establecidos para la monarquía. No era electivo sino hereditario. No tenía funciones ejecutivas ni verdaderamente legislativas, sino que hacía las veces de mediador. Como la nobleza en las monarquías, era base y garante de la perdurabilidad del régimen; en este caso, de la república.

Este senado hereditario fue la respuesta política que permitía al Libertador otorgar a la elite militar la cuota de poder necesaria para comprometerla con la creación de la República. Era una respuesta que comprometía su particular poder de beligerancia: las armas. La búsqueda del compromiso de los militares, mediante el reconocimiento de su influencia en la conducción política del régimen que se pensaba establecer, es lo que nutría el liderazgo de Simón Bolívar sobre sus otros contemporáneos, fueran éstos del bando republicano o del bando monárquico.

El compromiso militar

La propuesta de Simón Bolívar tuvo éxito y perdurabilidad histórica porque comprometió a la elite militar en el conjuro de dos adversarios poderosísimos en la sociedad venezolana de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX: la desunión del sector republicano y la anarquía. La desunión entre los republicanos se expresó en una aguda polémica entre el centralismo y el federalismo, cuyo origen se remontaba a la misma instrumentación de las reformas borbónicas y la creación de la Capitanía General de Venezuela, en el año 1777.

La difusión de las ideas de anarquía, por otra parte, fue dirigida hábilmente por el adversario realista mediante el atizamiento de las aspiraciones igualitarias entre los pardos, los indígenas y los esclavos.

El senado hereditario, según las propias palabras de Bolívar "será la traba de este edificio delicado y harto susceptible de impresiones violentas". Dicho de otro modo, el senado de la república bolivariana debía ser baluarte de la libertad y apoyo para consolidar y eternizar la institución de la República.

No obstante, al estar advertido del extrañamiento y la escasa habilidad de los americanos en el manejo de los asuntos públicos, Bolívar contempló como medida supletoria la educación de los descendientes de los primeros integrantes del senado hereditario.

Los hijos de los senadores -proponía, poco más o menos- deberán educarse en un colegio especialmente destinado para instruir a aquellos tutores que se convertirán en los futuros legisladores de la patria.

Tomando en cuenta que estos dirigentes no se corresponderían en su origen con una especialmente encumbrada posición económica o saber intelectual, requisitos previos de la teoría política clásica para el ejercicio de la política, los dirigentes de la república bolivariana que "no saldrían del seno de las virtudes [...] saldrán del seno de una educación ilustrada".

La presidencia vitalicia

En relación con la particularidad del poder legislativo, la república bolivariana proponía también un poder ejecutivo fuerte y sólido. Simón Bolívar tomó como modelo las normas británicas y en su discurso demostró poseer un conocimiento detallado de los postulados de Montesquieu.

El poder ejecutivo de la nueva República que se proyectó construir debía superar las insuficiencias que dieron al traste con los ensayos republicanos de 1811 y 1813, en Venezuela, y de 1815, en Nueva Granada.

Para lograrlo, no obstante, Simón Bolívar juzgó pertinente adoptar una fórmula que, al estilo de las monarquías, centralizase las más importantes funciones del gobierno, pero que guardara una distancia sustancial en relación al origen de su poder.

El primer magistrado de la república bolivariana no debería su ascensión a una sucesión dinástica: sería electo por el pueblo o sus representantes. En síntesis: no sería un monarca, sino un presidente.

Las proposiciones de Simón Bolívar al auditorio republicano de 1819 respondían a objetivos políticos básicos y fundamentales: dar solidez a la República por un espacio abierto de tiempo y dotar de estabilidad al régimen político mediante el concurso de los nuevos intereses políticos surgidos en el escenario venezolano al amparo de la guerra social. Así, el poder político otorgado a la presidencia vitalicia y al senado hereditario se complementaban con la instrumentación de un nuevo poder que Bolívar convino en denominar "poder moral".

El poder moral

Este poder moral de la república bolivariana se encuentra estrechamente vinculado con el senado hereditario.

En el proyecto bolivariano, el senado hereditario no sólo es el garante de la permanencia de la República; en sus manos está también la designación de los integrantes del novísimo poder moral, es decir, la misma regeneración de una sociedad abatida por el régimen colonial.

 Así como los futuros senadores obtendrían del gobierno republicano una educación ilustrada que los capacitaría para el ejercicio del gobierno, el resto de los venezolanos, que "aman la patria pero no sus leyes", tendrán que robustecer "su espíritu mucho antes de que logren digerir el saludable nutritivo de la libertad".

A estos efectos, la república bolivariana contempló la creación de un poder moral cuyo "dominio sea la infancia y el corazón de los hombres, el espíritu público, las buenas costumbres y la moral republicana".

Con esta nueva formulación, Simón Bolívar otorgó a la elite militar el poder de conducir el proyecto republicano por un espacio de tiempo considerable y con facultades extraordinarias en su ejercicio.

Nunca antes en la teoría política moderna se había dado un paso semejante: porque, en definitiva la república bolivariana hizo viable -y hasta necesaria- la práctica jacobina del culto cívico.

El problema de la esclavitud

El inventario de las circunstancias políticas que llevaron al establecimiento de la República durante el estallido de la crisis de la sociedad colonial, quedaría incompleto si se olvidara considerar el último aspecto medular de la teoría política bolivariana: el tratamiento del problema de la esclavitud. Este aspecto merece una atención especial.

En parte, por producirse en el marco de una erizada realidad social, la de los años que transcurren entre 1810 y 1830 en Venezuela, pero sobre todo, y esto hay que subrayarlo, porque son hechas desde una apreciación política de raigambre liberal, como es la de Simón Bolívar.

El tópico de la esclavitud aparece en el discurso bolivariano desde 1816, pero no será hasta 1819 cuando su acción política preste atención a la permanencia o no de la institución esclavista.

Es en este último momento cuando las ideas de Simón Bolívar hacen de la abolición de la institución esclavista un instrumento orientado a garantizar el éxito de la campaña militar que venía desarrollando en la dirección de establecer una república.

Al comienzo, en torno a 1816, como se ha señalado, en el discurso de Bolívar la libertad de los esclavos está relacionada con las gestiones que realiza en favor de la restitución republicana y el compromiso adquirido con el gobierno de Haití. Así, después de la expedición de Los Cayos, que desembarca en abril de 1816, al anunciar en la isla de Margarita el restablecimiento del régimen republicano, Simón Bolívar hizo pública la propuesta de abolición de la esclavitud por cuanto "la naturaleza, la justicia y la política piden la emancipación de los esclavos".

Sin embargo, estas primeras gestiones no surten los rápidos efectos esperados y Simón Bolívar, al informar al presidente haitiano Alejandro Petión del resultado de sus proclamas, es categórico al señalar la presentación de apenas un centenar de hombres entre los esclavos que habitaban en el territorio republicano.

Para el Libertador, la tiranía de los españoles ha puesto a los esclavos en "tal estado de estupidez [...] que han perdido hasta el deseo de ser libres".

Una situación relativamente distinta se presenta a partir de 1819, cuando vuelve a insistir en la necesidad de liberar a los esclavos y solicita al Congreso de Angostura la ratificación de sus proclamas de 1816 y la promulgación del Decreto de Libertad en febrero de 1820.

En su correspondencia mantenida durante 1821 con el general Francisco de Paula Santander se encuentran los razonamientos precisos que explican la insistencia de Bolívar para que la República de Colombia dé cabal cumplimiento al texto del Decreto de 1820.

Después de la proclamación de la República de Colombia, Simón Bolívar solicita reiteradamente a Santander "el levantamiento (leva) de esclavos" para su inmediata incorporación al ejército republicano. Frente a la contundente negativa del vicepresidente de Colombia, en el sentido de dar curso a su exigencia, el Libertador remite desde la ciudad de San Cristóbal un oficio pormenorizado de las razones que le asisten para hacer esta solicitud.

En su carta del 20 de abril de 1820, por ejemplo, señala que la opinión política de Colombia está confundida cuando establece una relación análoga entre "libertad de esclavos" y "levantamiento de esclavos", siendo esto último lo autorizado por el Decreto de 1820. Indica que "sólo he mandado que se tomen los esclavos útiles para las armas". De otro modo, liberando todos los esclavos, éstos serían más bien "perjudiciales" para la República.

Para Simón Bolívar la actuación del Congreso de Angostura y su solicitud de tres mil esclavos se apoya en "obvias razones" militares. Por un lado, el ejército republicano está necesitado de "hombres robustos y fuertes acostumbrados a la inclemencia y a las fatigas [...] en quienes el valor de la muerte sea poco menos que el de su vida". Por otro lado, las razones políticas son "más poderosas".

A su parecer, el Congreso de Angostura, al atender su prédica antiesclavista, no ha obrado contra la propiedad, sino que al seguir lo recomendado por Montesquieu, resguarda al régimen republicano de una eventual rebelión de esclavos porque "tales gentes son enemigos de la sociedad y su número sería peligroso".

Una idea central del discurso bolivariano es que "todo gobierno libre que comete el absurdo de mantener la esclavitud es castigado por la rebelión y algunas veces por el exterminio".

Por supuesto que Simón Bolívar tiene aquí presente la experiencia coetánea de la Independencia haitiana y las consecuencias que ésta tuvo en el ámbito venezolano.

Para convencer a sus interlocutores no toma el camino moralista que lo llevaría a debatir acerca de la justicia o injusticia de la esclavitud. Su pensamiento sigue un sendero más propicio y comprensible para una sociedad cargada por la discriminación y la exclusión, apelando al miedo: "Hemos visto en Venezuela -escribe Bolívar- morir la población libre y quedar la cautiva; no sé si esta es política, pero sí sé que si en Cundinamarca no empleamos a los esclavos sucederá otro tanto".

En la realización de esta tarea, las consideraciones políticas y económicas del liberalismo cedieron su espacio a los requerimientos militares de la República.

En tal sentido, la actitud de aquellos propietarios que se negaron a ceder sus poblaciones de esclavos fue propia de "hombres alucinados".

Hombres que no entienden que "los españoles no matarán a los esclavos, pero sí matarán a los amos y entonces se perderá todo". En una palabra, por el atajo de la necesidad se llegó al cumplimiento de un principio, y el incumplimiento de esta aspiración tendrá un peso específico particular a la hora de la desmembración de Colombia en 1830.

SOCIEDAD, POLÍTICA Y ÉTICA


La condición humana tiene como característica básica e ineludible a la sociabilidad. Los seres humanos requieren de sus semejantes para vivir y desarrollarse. Los hombres somos parte de la especie humana y esa calidad es la que determina nuestra propia vivencia. El hombre es sociable por naturaleza... es la afirmación clásica de Aristóteles quien en el  siglo IV a.c. elaboró el concepto del "zoon politikon". El hombre no puede vivir sólo, para su vida requiere de sus semejantes. Aquel que no viva en sociedad es un dios o una bestia. Somos una especie, formamos parte de un grupo que nos define y nos identifica, que a su vez y de igual manera forma parte de un todo... la naturaleza, la vida.

La afirmación aristotélica es una constatación empírica de la objetividad propia de los seres humanos. Es la explicación de la condición natural de las personas. No es posible concebir siquiera a seres humanos que vivan sin relación de interdependencia con otros. Sin  embargo la variable adicional e identificadora de la humanidad, la razón, que permite teorizar y comprender estas esencias, ha llevado y lleva al hombre a través de la historia, a trastocar el modelo teórico de unidad, cooperación, solidaridad y trabajo en equipo, para potenciar reivindicaciones individuales y grupales.

El hombre vive en sociedad y elabora una serie de conceptos para fortalecer la coherencia de los sistemas sociales que va creando. La organización social familiar, en sus diferentes manifestaciones geográficas e históricas se constituye en la esencia misma de asociaciones humanas más grandes. Se generan valores para mantener la cohesión familiar y luego la cohesión de los grupos más amplios que tienen como base a la familia. Es probable que el génesis mismo de la teoría sobre la vida social, haya recogido de manera parcial solamente una de las variables de la vida al hablar de la familia como un grupo cerrado, alejado de las demás agrupaciones sociales. Se desarrollan sistemas sociales que establecen las condiciones de convivencia y de proyección para ese grupo únicamente, inclusive considerando y regulando la confrontación y la violencia frente a otros grupos humanos "diferentes". La lógica que nace y se desarrolla de este concepto grupal, individualista, excluyente de los otros, considerados como diferentes, ha generado agrupaciones más grandes como las naciones, los estados y las corporaciones, potenciando la exclusión y la diferenciación.

Ese es el contexto de la sociabilidad humana...  vigencia de sociedades humanas que ven por sí mismas y que se oponen a otras si es que se dan las circunstancias requeridas. La humanidad no se ha visto como especie, se ha visto y analizado como grupo, como suma de individuos con referentes comunes superficiales... etnia, religión, lenguaje, dejando de lado el común denominador que engloba a todos los humanos, que es precisamente la humanidad. Las sociedades se han desarrollado con una visión individualista y egocéntrica.

Los gobernantes de cada agrupación social, quienes ejercen el poder político, definido como el arte de gobernar, se han preocupado y se preocupan esencialmente de favorecer las condiciones de vida de su propia gente, de aquellos que por una u otra razón se definen como "parte de". La política es el arte de gobernar, es el arte de dirigir a una sociedad hacia la consecución de condiciones de vida favorables y positivas para el grupo. La política también tiene que ver con las relaciones que los estados o naciones tienen con otros estados, la política internacional se refiere precisamente a este aspecto. Cada vez es más importante que la comprensión inicial de los seres humanos como iguales, tenga cabida teórica y práctica en las relaciones internacionales. Hoy en día nos encontramos en un planeta habitado por sociedades humanas que recorren caminos unidimensionales. La lógica de la fuerza se impone con crudeza en todos lados, en lo estatal, en lo internacional y también en lo individual. El objetivo económico, la rentabilidad, la ganancia y el enriquecimiento forman parte también de este paradigma. En el aspecto cultural estamos frente a la globalización de una cierta forma de cultura que potencia el consumo y la práctica de ciertos comportamientos considerados como representativos de una adecuada forma de vida.

Este panorama social y político debe ser analizado por la ética. La ética tiene que ver con la reflexión sobre la práctica moral. Y, la moral y los valores son los referentes teóricos e ideales que orientan y señalan el camino a los seres humanos para una mejor convivencia.

La sociedad occidental, liderada por determinados países o bloques de países industrial y tecnológicamente desarrollados, que en este momento de la historia representan el poder más importante, cuenta con los referentes morales y teóricos que permitirían el desarrollo y el avance de la vida social e individual en las mejores condiciones. Sin embargo pese a la teorización religiosa y filosófica occidental, en la práctica esos valores son dejados de lado por otros objetivos que toman preponderancia determinando el quehacer económico, cultural y social de toda la humanidad. Inclusive se teoriza sobre la validez absoluta de la economía de mercado, sobre el fin de la historia, sobre la necesidad y validez de la rentabilidad a ultranza.

La ética es la instancia de análisis validadora de las conductas y políticas que se adoptan en las sociedades. Cuando intereses diferentes al bienestar humano se constituyen en los verdaderos objetivos de la historia, nos encontramos con una distorsión del sistema teórico - ideal, que nos lleva a recorrer formas de vida que atentan en contra de la supervivencia de la humanidad.

La historia nos muestra que cuando las sociedades, las organizaciones, los imperios caen o entran en procesos de decadencia, uno de los factores que se encuentra como explicación del por qué de la crisis y extinción, es precisamente el que esas sociedades dejaron de lado el respeto y seguimiento de los valores y principios rectores, para iniciar procesos de relajamiento moral y de corrupción. La ética es la base misma de un adecuado funcionamiento social. Si es que no se teoriza sobre la moral, si no se analizan y practican comportamientos éticos, si no se cultiva el carácter de las personas y de las agrupaciones, para que vivamos en el respeto de ciertos valores, corremos el riesgo de tener vidas individuales que no aporten al bien común, contribuyendo mas bien a nuestra propia decadencia.

El futuro de la humanidad, el de toda la humanidad, depende de la sujeción y acatamiento a lo que plantea la reflexión ética. El futuro de una parte de la humanidad, si es que es posible hablar de fraccionamientos y exclusiones, y sin duda  es posible... quizás es el camino ya escogido por los detentadores del conocimiento científico y técnico. El futuro de aquellos que poseen el conocimiento tecnológico probablemente estará garantizado durante un cierto período de tiempo, sin embargo su enfoque individual sin duda determinará la inutilidad benéfica de la ciencia, pues ésta sin valores, lleva a la potenciación de formas de poder auto destructivas.

La sociabilidad humana, esencia fundamental de la condición humana, es orientada y conducida por el poder político que tiene como objetivo el gobernar para lograr el bien común; y, el bien común es definido por la ética de manera permanente y dinámica mediante el proceso dialéctico de pensar en el otro y en el beneficio de la comunidad.



Hugo Chávez Frías.

Nació el 28 de julio de 1954 en Sabaneta, estado de Barinas. Se graduó en julio de 1975 como subteniente en la academia militar. En diciembre de 1982 fundó el Movimiento Bolivariano Revolucionario. (MBR-200) En febrero de 1992 como director del MBR-200 encabezó una rebelión militar contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, la que fracasó y fue condenado.

Estuvo en prisión desde 1992-1994 en que fue puesto en libertad bajo el gobierno de Rafael Calderas. Abandonó el ejército al salir de prisión. En 1997 fundó el Movimiento V República (MVR) lo incluyó en la plataforma electoral  Polo Patriótico y en julio de 1998 presentó su candidatura a presidente.

El 6 de diciembre de 1998 obtuvo la victoria en las elecciones con el 56% de los votos emitidos. El 2 de febrero de 1999 fue investido como presidente de la república y llamó al referéndum sobre la convocatoria a una Asamblea Constituyente, la que debía reformar la Constitución de 1961 de modo que permitiera la transformación del sistema venezolano.

El plebiscito se efectuó en abril de 1999 y en julio se desarrollaron las elecciones de los delegados y su organización Polo Patriótico logró amplia mayoría. El 11 de agosto juró d nuevo como presidente de la república ante la  nueva Asamblea Constituyente. Según la nueva constitución el país pasó a denominarse República Bolivariana de Venezuela.

El 30 de julio del 2000 triunfó en las elecciones y juró su cargo el 19 de agosto. En el 2001 su gobierno aprobó 49 decretos leyes de carácter económico que generaron protestas entre los empresarios y otros sectores de la sociedad venezolana. El descontento fue aprovechado por la oposición para tratar de confundir  al  pueblo. El descontento penetró en algunos sectores del ejército y se produjo un intento de golpe militar que fue abortado por el pueblo.

Desde el gobierno ha desarrollado una importante labor al servicio de los sectores humildes, sobre todo en el campo de la educación y la salud.
Su pensamiento es profundamente latinoamericanista y antimperialista. En su conformación ha jugado un importante papel el gran conocimiento que posee de la historia universal y su apego a las raíces del pensamiento latinoamericano.

Su pensamiento es multifacético. En sus discursos, intervenciones y escritos se puede apreciar la presencia de:
Un pensamiento religioso, no fanático
Un pensamiento cívico-militar.
Un pensamiento histórico, que se basa en las ideas progresistas expresadas en el decursar  de la historia universal.
Un pensamiento socio-político, que abarca las ideas democráticas, el Latinoamericanismo, el antimperialismo y el socialismo, en su variante del socialismo del siglo XXI, sin desconocer el pensamiento marxista-leninista.
Un pensamiento económico que se encuentra en pleno desarrollo.
Un pensamiento educativo que se refleja en la gran obra educacional que desarrolla en su país, sobre todo en las misiones educativas.

En la conformación de su ideología revolucionaria se aprecia la articulación de lo autóctono venezolano, lo autóctono latinoamericano y lo universal.

Como métodos para el trabajo revolucionario utiliza el análisis histórico-lógico, el análisis del pensamiento y la acción de las personalidades destacadas, sobre todo latinoamericanas, el diálogo y la persuasión, entre otros.

Su práctica revolucionaria se basa en los principios del internacionalismo, intransigencia revolucionaria, patriotismo, humanismo y la unidad latinoamericana y de las fuerzas políticas venezolanas.

En cuanto a la unidad sobresale su idea de la necesidad de la integración latinoamericana, de la cual son exponentes el ALBA, la integración económica de los países del sur, la creación de Petrocaribe, etc.

Otro elemento importante es la idea del partido único. Al respecto planteó que se necesita:
“...una conducción cívica, que apuntemos todos en la misma dirección. Necesitamos un instrumento político que una voluntades y que no se desgaste en luchas intestinas”.

Refiriéndose a por qué un partido y no un frente político planteó: “El proceso revolucionario bolivariano necesita un partido; no una sopa de letras”.

Una idea que está latente en su actuación es tomar lo mejor del pasado y evitar caer en los errores que se cometieron antes en otras revoluciones, evitar copias esquemáticas.
Su concepción del socialismo del siglo XXI parte de considerar sus bases en el devenir histórico de las ideas de justicia e igualdad presente en los textos bíblicos, en el pensamiento de  Bolívar, Simón Rodríguez, Abreu de Lima y Mariátegui.

Otras fuentes:

Palabras de Hugo Chávez en el acto con motivo de la Juramentación del presidente para el período 2007-2013. 10/1/2007
Hugo Chávez Frías. Discurso en el Complejo Cultural Teresa Carreño el 15 de diciembre de 2006.

Himno de la Federación

Himno de la federación

Estrofa I
El cielo encapotado
anuncia tempestad,
y el sol tras de las nubes
pierde su claridad

Coro
¡Oligarcas temblad
Viva la libertad!

Estrofa II
Marchemos, liberales
en recia multitud
a romper las cadenas
de vil esclavitud

Coro
¡Oligarcas temblad
Viva la libertad!

Estrofa III
La espada redentora
del general Falcón
confunde al enemigo
de la revolución

Coro
¡Oligarcas temblad
Viva la libertad!

Estrofa IV
Las tropas de Zamora
al toque del clarín
derrotan las brigadas
del godo malandrín

Coro
¡Oligarcas temblad
Viva la libertad!

Estrofa V
Aviva las candelas
el viento barinés
el sol de la victoria
alumbra en Santa Inés

Coro
¡Oligarcas temblad
Viva la libertad!

Himno de Colombia

Letra: Rafael Núñez
Música: Oreste Síndici

Coro:
¡Oh, gloria inmarcesible!
¡Oh, júbilo inmortal!
¡En surcos de dolores
el bien germina ya!
I
¡Cesó la horrible noche!
La libertad sublime
derrama las auroras
de su invencible luz.
La humanidad entera,
que entre cadenas gime,
comprende las palabras
del que murió en la cruz.
II
«¡Independencia!» grita
el mundo americano;
se baña en sangre de héroes
la tierra de Colón.
Pero este gran principio:
«El rey no es soberano»,
resuena, y los que sufren
bendicen su pasión.
III
Del Orinoco el cauce
se colma de despojos;
de sangre y llanto un río
se mira allí correr.
En Bárbula no saben
las almas ni los ojos,
si admiración o espanto
sentir o padecer.
IV
A orillas del Caribe
hambriento un pueblo lucha,
horrores prefiriendo
a pérfida salud.
¡Oh, sí! De Cartagena
la abnegación es mucha,
y escombros de la muerte
desprecia su virtud.
V
De Boyacá en los campos
el genio de la gloria
con cada espiga un héroe
invicto coronó.
Soldados sin coraza
ganaron la victoria;
su varonil aliento
de escudo les sirvió.
VI
Bolívar cruza el Ande
que riega dos océanos;
espadas cual centellas
fulguran en Junín.
Centauros indomables
descienden a los llanos,
y empieza a presentirse
de la epopeya el fin.
VII
La trompa victoriosa en
Ayacucho truena,
y en cada triunfo crece
su formidable son.
En su expansivo empuje
la libertad se estrena,
del cielo americano
formando un pabellón.
VIII
La virgen sus cabellos
arranca en agonía
y de su amor viuda
los cuelga del ciprés.
Lamenta su esperanza
que cubre losa fría,
pero glorioso orgullo
circunda su alba tez.
IX
La patria así se forma,
termópilas brotando;
constelación de cíclopes
su noche iluminó.
La flor estremecida,
mortal el viento hallando,
debajo los laureles
seguridad buscó.
X
Mas no es completa gloria
vencer en la batalla,
que al brazo que combate
lo anima la verdad.
La independencia sola
el gran clamor no acalla;
si el sol alumbra a todos,
justicia es libertad.
XI
Del hombre los derechos
Nariño predicando,
el alma de la lucha
profético enseñó.
Ricaurte en San Mateo
en átomos volando,
«Deber antes que vida»,
con llamas escribió.

PATRIA

PATRIA


     Es el territorio donde hemos nacido y donde se conserva  cuanto de grande y noble hemos heredado  de nuestros mayores: Cultura, religión, lenguaje y costumbres.

     El sentimiento arraigado profundamente en nosotros, que nos hace amar la tierra donde hemos nacido, se llama patriotismo y se demuestra prácticamente, siendo antes que todo, ciudadanos virtuosos, cumplidores, fieles de la ley y trabajadores leales y desinteresados, por el progreso moral y material  de la nación.

NACIÓN
     Se llama nación, a la reunión o conjunto de ciudadanos que forman una sociedad civil, libre e independiente,  con gobierno y leyes propias.
     La nación venezolana es una reunión de todos los venezolanos  en un pacto de organización bajo el nombre de “República Bolivariana de Venezuela”. Su territorio abarca todo lo que antes  de 1810  se llamaba Capitanía General de Venezuela,  con las modificaciones resultantes de los tratados  celebrados validamente por la República. Actualmente (año 2.002) este territorio esta dividido en veintitrés (23) Estados, un (01) Distrito Capital y Setenta y cuatro (74) Dependencias Federales.

GOBIERNO
     Se llama gobierno, a la manera de gobernar un país.  También se llaman gobierno al conjunto de personas que ejercen esa autoridad.

     El gobierno de Venezuela según la Constitución Nacional es y será siempre:
a)      Democrático: el pueblo por mayoría, escoge a sus gobernantes.
b)      Participativo: los gobernantes son elegidos por votación y todas sus acciones de importancia para el país se deberá tomar en cuenta la opinión del soberano.
c)      Responsable: rinde cuenta de sus actuaciones al pueblo a través de diferentes instrumentos, por ejemplo las memorias y cuentas.
d)     Alternativo: los que gobiernan en cada proceso electoral, están en la posibilidad de continuar o ser removidos por el soberano.

          Para el mejor ejercicio del gobierno, el poder público esta dividido en cinco (05) poderes  independientes, que se sostienen y complementan unos a otros.
          Estos son: Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, Poder Ciudadano y Poder Electoral.


IMPORTANCIA DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
     Esta  es la carta fundamental de la República; todas las leyes nacionales como  los actos  emanados del poder público, deben estar sometidos a los principios que ella establece.  La Constitución nacional trata:
a)      Principios fundamentales.
b)      De la organización de la República en espacio geográfico y de la división política.
c)      De los derechos humanos y garantías, y de los deberes.
d)     De la nacionalidad y la ciudadanía.
e)      De los derechos civiles.
f)       De los derechos políticos y referendo popular.
g)      De los derechos sociales y de las familias.
h)      De los derechos culturales y educativos.
i)        De los derechos económicos.
j)        De los derechos ambientales.
k)      De los deberes.
l)        Del poder público.
m)    De  la organización del  poder público.
n)      Del sistema socioeconómico.
o)      De la seguridad de la nación
p)      De la reforma constitucional.

     Este documento es la parte fundamental de todo escrito, norma, reglamento o ley que se establezca ya que todo documento legal deriva sus bases de la Constitución Nacional.
     Tanto los Venezolanos como los extranjeros, deben ajustarse  a su estricto cumplimiento, y toda violación de sus principios debe ser denunciada a la brevedad, por cualquier ciudadano de la República, ante los organismos públicos competentes.
    

DEBERES Y DERECHOS DE LOS VENEZOLANOS

Deberes:
     Los venezolanos a cambio de los derechos y garantías que les acuerda la Constitución, tienen el deber de defender la patria y cumplir y obedecer la Constitución  y las leyes de la República, los decretos, órdenes y resoluciones que para su ejecución dicte el poder público; no podrán comprometerse a servir contra Venezuela y si así lo hicieran serán juzgados como traidores.
a)      Los venezolanos y venezolanas tienen del deber de honrar y defender a la patria, sus símbolos y valores culturales; resguardar y proteger la soberanía, la nacionalidad, la integridad territorial, la autodeterminación y los intereses de la nación.
b)      Toda persona tiene el deber de cumplir y acatar la Constitución, las leyes y los demás actos que en ejercicio de sus funciones dicten los órganos del poder público.
c)      Toda persona tiene el deber de cumplir  sus responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política,  civil y comunitaria del país, promoviendo y defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia democrática y de la paz social.
d)     Toda persona tiene el deber de coadyudar a los gastos públicos mediante el pago de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la Ley.
e)      Toda persona de conformidad con la Ley, tiene el deber de prestar los servicios civil o militar necesarios para la defensa, preservación y desarrollo del país;  o para hacer frente a situaciones de calamidad pública.  Nadie puede ser sometido a reclutamiento forzoso.
Toda persona tiene el deber de prestar servicios en las funciones electorales que se le asigne de conformidad con la Ley.
f)       Las obligaciones que correspondan al estado, conforme a la Constitución y a la Ley, en el cumplimiento de los fines del bienestar social general, no excluyen las que, en virtud de la solidaridad y responsabilidad social y asistencia humanitaria correspondan a los  o a las particulares según su capacidad.  La ley proveerá  lo conducente para imponer el cumplimiento de estas obligaciones  en los casos en que fuere necesario.  Quienes aspiren al ejercicio de cualquier profesión,  tienen el deber de prestar servicios a la comunidad durante el tiempo,  lugar y condiciones que determine la ley.

Derechos:
a)      Derechos civiles:
-        El derecho a la vida es inviolable.
-        La libertad personal es inviolable.
-        El hogar domestico y todo recinto privado de persona son inviolables.
-        Se garantiza el secreto e inviolabilidad de las comunicaciones privadas en todas sus formas.
-        Toda persona puede transitar libremente y por cualquier medio por el territorio nacional,  cambiar de domicilio y residencia, ausentarse de la república y volver, trasladar sus bienes y pertenencias  en el país, traer sus bienes al país o sacarlos,  sin mas limitaciones que las establecidas por la ley.
-        Toda persona tiene el derecho de representar o dirigir peticiones ante cualquier autoridad, funcionario(a) público(a) sobre los asuntos que sean de la competencia de éstos o éstas, y de obtener oportuna y adecuadamente respuesta.
-        Toda persona tiene el derecho de asociarse con fines lícitos, de conformidad con la ley.
-        Toda persona tiene derecho de reunirse, pública o privadamente,  sin permiso previo, con fines lícitos y sin armas.
-        Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas,  sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes.
-        Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura.
-        El estado garantizará la libertad de religión y de culto.
-        Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida privada, intimidad, propia imagen confidencialidad y reputación.
-        Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y a manifestarla, salvo que su practica afecte su personalidad o constituya delito.

b)      Derechos políticos:
-        Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos directamente o por medio de sus representantes elegidos(as).
-        El sufragio es un derecho.
-         Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de asociarse con fines políticos,  mediante métodos democráticos de organización, funcionamiento y dirección.
-        Los ciudadanos(as) tienen el derecho de manifestar públicamente y sin armas, sin otros requisitos que los que establezca la ley.
c)      Derechos sociales y de las familias:
-        Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada, segura, cómoda, higiénica, con servicios básicos esenciales que incluyan un hábitat que humanice las relaciones familiares, vecinales y comunitarias.
-        Para garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad.
-        Toda persona tiene derecho a la seguridad social como servicio público de carácter no lucrativo, que garantice la salud y asegure protección en contingencias de maternidad, paternidad, enfermedad, invalidez, enfermedades catastróficas, discapacidad, necesidades especiales, riesgos laborales, perdida de empleo, desempleo, vejez, viudedad, orfandad, vivienda, cargas derivadas de la vida familiar y cualquier otra circunstancia de previsión social.
-        Toda persona tiene  derecho al trabajo y el deber de trabajar.
-        Todos los trabajadores(as) del sector público y privado tienen el derecho a la  huelga dentro de las condiciones que establezca la ley.

d)     Derechos culturales y educativos:
-        La creación cultural es libre.
-        Los valores de la cultura, constituyen un bien irrenunciable del pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado fomentará y garantizará, medios y presupuestos necesarios.
-        La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria.
-        Todas las personas tienen el derecho al deporte y a la recreación como actividades que benefician la calidad de vida individual y colectiva.
e)      Derechos económicos:
-        Todas las personas pueden dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia, sin mas limitaciones que las previstas en esta Constitución y las que establezcan las leyes, por razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad, protección del ambiente u otras de interés social.
-        Se garantiza el derecho de propiedad.
-        Todas las personas tendrán derecho a disponer de bienes de calidad, así como a una información adecuada y no engañosa sobre el contenido y características  de los productos y servicios que consumen, a la libertad de elección y a un trato equitativo y digno.
f)       Derechos de los pueblos indígenas.
-        Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores, espiritualidad, y sus lugares sagrados y de culto.
g)      Derechos ambientales.
-        Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro.

EL VOTO Y LAS ELECCIONES

     El voto es  el derecho y una función pública.  Su ejercicio será obligatorio dentro de los limites y condiciones que establezca la ley.

     Para que un ciudadano validamente pueda votar se necesita que sea  venezolano, de dieciocho (18) años cumplidos y no estar sujeto a interdicción civil ni inhabilitación política, siendo la interdicción la incapacidad civil establecida como condena  y a consecuencia de delitos graves.

     Se entiende por inhabilitación: Declaración de que alguien no puede por causas naturales, morales o de otra índole, desempeñar un cargo, realizar un acto jurídico o proceder en otra esfera de la vida jurídica.

    La legislación electoral asegura la libertad y el secreto del voto.

Importancia:
     Como expresión del salto cualitativo que supone el transito de la democracia representativa a una democracia participativa y protagónica, se crea una nueva rama del poder público, el Poder Electoral, ejercido por órgano del Concejo Nacional Electoral, que tiene por objeto el regular el establecimiento de las bases, mecanismos y sistemas que garanticen el advenimiento del nuevo ideal u objetivo democrático.  Una nueva cultura electoral cimentada sobre la participación ciudadana.
     En tal sentido, resultan trascendentes las formas en que el ciudadano puede participar en la formación, ejecución y gestión pública, pues ella no se limita a la intermediación de los partidos políticos, sino que pueda hacerse en forma directa,  en perfecta sujeción al concepto de soberanía que en forma expresa prevé el artículo 5 del texto constitucional.

LOS SÍMBOLOS DE LA PATRIA.
     Se llaman símbolos de la patria, aquellos objetos que la representan haciendo recordar el pasado glorioso, riquezas y atributos de su independencia y soberanía.
Los símbolos de la República Bolivariana de Venezuela son: La Bandera, el Escudo y el Himno nacional.
La Bandera:
      La República de Venezuela adopto como Bandera, la misma que enarbolo el Generalísimo Francisco de Miranda en su invasión de 1806 y que fue izada por primera vez en Caracas el 14 de Julio de 1811. 
      Esta formada por tres franjas de igual anchura: Amarilla, la superior; Azul la  del centro y Rojo la inferior. La franja amarilla representa la riqueza de nuestro país en metales preciosos y frutos, lleva el escudo nacional en el ángulo superior izquierdo;  la azul el mar que nos separa de España, nuestra madre  patria,  pero que a la vez nos une a ella por medio de la religión, lengua y costumbres, lleva en el centro siete (07) estrellas plateadas  de cinco (05) puntas, que representan las siete (07) provincias que se declararon libres e independientes de España el 5 de julio de 1811, al firmar la declaración de la Independencia; y la roja que simboliza la sangre patriota derramada en los campos de batalla, para alcanzar la independencia.

El Escudo:
     El Escudo Nacional se compone de tres (03) cuarteles, dos (02) superiores e iguales que ocupan la mitad superior del escudo y el otro la mitad inferior y es de doble dimensión.  Mirando al escudo de frente el cuartel superior de la derecha, lleva en campo de amarillo armas y pabellones en señal de triunfo; el cuartel superior de la izquierda, lleva en campo rojo un manojo de espigas atado con una cinta, como símbolo de la unidad  nacional, y el inferior, se destaca sobre el campo azul,  un caballo blanco, indómito, corriendo por los llanos de Venezuela como símbolo de independencia y libertad.

     El escudo tiene por corona dos cestas o cuernos, llamadas cornucopias,  repletas de frutas maduras, que simbolizan la riqueza de nuestros suelos; a su derecha una palma y a su izquierda una rama de laurel que rodean los cuarteles,  y cuyos tallos están atados  en la base con una cinta tricolor, en las que se leen letras de oro;  en el centro: “República de Venezuela”; a la izquierda: “20 de febrero de 1859 – Federación”;  y a la derecha: “19 de abril de 1810-Independencia”.
 
El Himno Nacional:
     El 25 de Mayo de 1881, siendo el presidente de la República el General Antonio Guzmán Blanco,  fue declarado Himno Nacional el canto patriótico “Gloria al Bravo Pueblo”, compuesto por el venezolano Juan Landaeta el año de la “Guerra a muerte”; la letra es de Vicente Salías.

     Los ciudadanos deben oír el himno nacional de pie y con la cabeza descubierta. Los militares en la posición de firmes si están descubiertos, saludando si tienen gorra y al hombro si tiene armas largas.

     Se toca para rendir honores al santísimo, a la Bandera Nacional y al Presidente de la República, en los actos oficiales muy solemnes y en los demás casos que se señala en los reglamentos militares.


DIFERENCIAS ENTRE LA VIDA MILITAR Y LA VIDA CIVIL
            Aun en las sociedades más primitivas, se observa el esmero con que preparaban  sus ejércitos.  En las tribus indígenas, los jóvenes eran sometidos  a fuertes pruebas físicas  de habilidad y resistencia para que pudieran ser guerreros.

            El militar, por ser llamado a defender la patria y sus instituciones, debe ser un ciudadano ejemplar.  Su conducta, honradez y caballerosidad, deben ser sus credenciales ante  la ciudadanía,  como digno servidor de la patria.  Ello le creará un ascendiente moral, que habrá de traducirse en sentimientos de respeto  y cariño por parte de los ciudadanos, que ven en él un infatigable guardián de los intereses nacionales;  de allí que, sean cualidades indispensables del militar:  su valor, integridad, disciplina, patriotismo, veracidad, templanza y muchos más.

            El soldado se forma en una vida de sacrificios y de pruebas,  que forjan su carácter y lo preparan para soportar fatigas, sed, hambre, privaciones y sufrimientos de toda especie.  Nada hay que no pueda soportar cuando se trata del honor de Venezuela.  Tiempo, voluntad, salud,  afecciones y hasta la misma vida, todo lo sabe dar;  Adelante!... y marcha; aquí se debe morir!... él obedece y muere.

            Solo una vida disciplinada, sana de sacrificios y privaciones, puede formar tal carácter, de allí que, la vida militar este llena de incomodidades.  Esto la diferencia notablemente de la vida civil, que suele proporcionarnos una existencia por lo general independiente y sin normas que regulen en una forma precisa nuestras diarias actividades.

            En el comienzo de la vida militar todo se nos hace muy difícil; la diana es el primer indicio de que hemos comenzado una nueva vida y el toque de silencio nos invita al descanso y nos advierte que, de ahora en adelante, todas nuestras actividades estarán encuadradas dentro de un horario y nuestros gustos y deseos sometidos a una férrea disciplina.  Eso es la vida militar.

ACTITUD DE UN MILITAR PARA CON LA FAMILIA Y LA CIUDADANÍA


Para con la familia.
            La separación de los familiares al ingresar a la institución armada, no debe ser nunca motivo de desafección o perdida de cariño hacia ellos, pues mal puede ser buen soldado quien sea mal hijo,  porque no tendría sentimientos.  Quién así proceda, será un fracasado toda su vida,  no será nunca un buen soldado, e inspirará desconfianza  a sus superiores y compañeros, porque el desamor a los familiares denota falta de nobleza de sentimientos y ésta es una cualidad que no debe faltar  en un integrante de la Institución Armada, mientras permanezca en ella, ni cuando regrese de la vida civil.
            “Culpable ante los hombres y ante Dios, un mal hijo no puede ser jamás un buen soldado,  un verdadero compañero, ni un amigo seguro: que no se  le hable nunca a este hombre del amor a la patria, de la adhesión al interés general, de la afección a sus jefes y a sus compañeros, pues no podrá comprender la nobleza de tan honrosos sentimientos.”

Para con la ciudadanía.
            La actitud del militar debe ser siempre digna;  no ser altanero;  por el contrario, debe hacer gala en todas partes de la sencillez  y buenas costumbres, respetando las ideas, religión y el proceder ajeno.  El soldado no debe olvidar que esta investido de una doble personalidad:   la que le da el uniforme, que lo acredita como defensor de la patria y de ciudadano.
            En el cumplimiento de las misiones relacionadas con el servicio, sólo debe emplear las fuerzas cuando sea imprescindible; las malas acciones, serán señaladas con reprobación por todos aquellos que la sufran o presencien.


MISIÓN DEL MILITAR COMO MIEMBRO DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL

     Debido a que pertenecemos a una institución la cual, como militares, rige nuestra conducta en la institución, teniendo esta a su vez como base, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la cual en su artículo 328, dice que:

     La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico,  mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional,  de acuerdo con esta Constitución y la ley.  En el cumplimiento de sus funciones, esta al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de personas o parcialidad política alguna.  Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación.  La Fuerza Armada Nacional está integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo establezca su respectiva ley orgánica.

     De acá podemos traducir cual es nuestra misión a cumplir como un todo que forma parte de la F. A. N., teniendo a su vez, misiones específicas que estarán de acuerdo a la situación, época, lugar, unidad, etc, en la cual nos encontremos en el desarrollo de nuestro servicio militar.